ITL: Antofagasta como un polo de desarrollo para Chile

La reciente adjudicación del Instituto de Tecnologías Limpias (ITL) al consorcio ASDIT, conformado por la Corporación Alta Ley junto a 11 universidades con el apoyo de más de 50 empresas y Centros Internacionales, es un importante paso en la dirección correcta para abordar el desafío global de la crisis climática y el suministro de metales esenciales para hacer frente a este desafío.

Las implicancias de esta adjudicación tienen alto potencial de impacto para nuestro país, ya que Chile cuenta con las capacidades para aprovechar esta gran oportunidad de convertir a la región de Antofagasta en un polo de desarrollo minero y energético, que además impulsará sectores económicos, trascendiendo a otros ámbitos.

El ITL opera en un hipersector complejo, que incluye interacciones entre distintas cadenas de valor y presenta desafíos tecnológicos específicos y compartidos. Algunos sectores tienen encadenamientos productivos ya existentes, como Minería y Energía Solar, mientras que otros como Hidrógeno Verde y la valorización de residuos mineros están en etapas iniciales. Hay áreas transversales, como la gestión del agua, que son muy relevantes, junto a desafíos, como innovar en materiales avanzados en base a sales y otros materiales estratégicos, que representan una gran oportunidad de desarrollo.

El éxito de este instituto dependerá de la capacidad de diseñar un modelo altamente asociativo, donde la calidad de la investigación, la innovación, las tecnologías y el conocimiento de frontera que se desarrolle represente un factor clave, pero al mismo tiempo, la capacidad de articulación entre los actores del sector público y privado, tanto a nivel nacional como internacional.

En el contexto del cambio de matriz energética, debemos transitar hacia un modelo sustentable que aporte al desarrollo económico y social de nuestro país, así como promover un cambio paradigmático que posicione a Chile como un líder en esta materia.

Por ese motivo, el ITL es una iniciativa prometedora que puede contribuir significativamente a la transición hacia un futuro más sostenible. Para su éxito, es necesario que se fortalezca la colaboración entre los distintos actores, abordando los requerimientos de la industria e instalando capacidades humanas y de infraestructura efectivas en la región. En este contexto, es fundamental el trabajo con la comunidad y autoridades locales, para generar condiciones de bienestar y de equilibrio en los ecosistemas naturales y sociales.

Las universidades tienen un rol fundamental en el desarrollo sostenible del país, al aportar su experiencia y capacidades para transferir tecnologías al sector productivo, así como en la generación de conocimiento aplicado y la formación de profesionales altamente especializados en áreas estratégicas. ASDIT, como articulador, tiene la responsabilidad de promover la transición hacia una matriz de energía verde, permitiendo que la Región de Antofagasta se desarrolle como un polo de escalamiento y articulación de proyectos integrales que beneficien transversalmente a Chile, y que opere como un núcleo de desarrollo y escalamiento global de tecnologías aplicadas a los desafíos urgentes de la humanidad.